lunes, 19 de agosto de 2013

INFECTADOS

INFECTADOS 
Arizona, Estados Unidos. Según los vecinos de aquel terreno, había una antigua casa donde vivía una niña infectada por el diablo, que acababa con toda la gente que entraba allí (policías, investigadores, científicos, e incluso curiosos niños). Pero ya era hora de saber lo que ocurría en aquella casa, el Gobierno mandó a nueve policías a entrar en aquel terrible lugar dentro de dos noches, con todo el armamento posible.
A la hora prevista, los nueve magníficos entraron allí. La puerta estaba entreabierta, y tras vario rato registrando cada rincón y habitación de la casa, no encontraron nada.
Ryan Robers, uno de los agentes de la policía, entró en otra habitación, y había un joven de unos once años infectado por la niña, que se abalanzó sobre Ryan para morderle, por lo que también sería un descendiente del demonio. Pero este no se dejó y disparó al hambriento en la cabeza, y se deshizo de él.

Aunque no fue el único que corrió peligro, casi todos los agentes fueron mordidos, y se infectaron del diablo. Solo quedaban dos, que tenían que ver donde estaba el punto de partida, es decir, encontrar a la niña y acabar con el miedo que los rodeaban. Ryan y Jake Freeman, el otro policía superviviente, se unieron para encontrarla. Con una linterna, se adentraron en una sala donde había un pozo, y de este salió la niña, era horrible, casi sin pelo, podrida, maloliente, desnuda y sin brazo, pero lo peor, estaba hambrienta.

Quería morderles, pero apagaron la linterna y estaba oscuro, entonces no se veía. Pero de repente se encendieron las luces de la habitación, y la chica tenía un hacha, que se la clavó a Jake en el centro de la cabeza, por lo que estaba muerto y lo peor, más tarde, la hija del diablo se lo comió.

Ryan lo disparaba, pero no le afectaba para nada, y cuando apuntó a la cabeza, se quedó sin balas. Cogió la pistola de su compañero y esta vez, cuando ya la tenía encima, disparo en su frente y cayó al pozo. Misión cumplida, pero de nueve personas, sobrevive un policía. Ryan se fue de la casa creyendo que había vencido, pero entonces, cuando abandonó la sala, la chica salió del pozo con hambre, esta vez con el doble de hambre, hambre de comida, y de venganza.

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